El filósofo español Julián Marías acompañó una de las ediciones del Discurso de Metafísica de Leibniz con una cuidada e interesante introducción de la obra, así como con unas excelentes notas aclaratorias de la misma. En particular, en la nota 18 a la sección 7 de dicha obra incluyó lo siguiente:

«El curso de las cosas es tal que el estado que poseen en cada instante determina unívocamente el estado ulterior»

Resulta curioso que actualmente estemos atravesando una situación que nos limita el poder hacer previsiones a medio o largo plazo y que evidencia con gran contundencia lo que esa frase afirma porque, lo que hagas ahora y cómo lo hagas condiciona el instante siguiente.

Atrás ha quedado esa forma de trabajar con proyecciones de resultados a futuro y la forma de caminar con la vista puesta en una lejana meta situada al final del camino. Ahora es cuando resuenan los versos de Antonio Machado:

“Caminante, son tus huellas

el camino, y nada más;

caminante, no hay camino:

se hace camino al andar”

Ahora tienes la oportunidad de centrar tu atención en cada instante y en cada paso, sabiendo que cada instante y cada paso son el germen del siguiente instante y del siguiente paso, comprobando cómo esa sucesión de instantes configura el ahora y cómo esa sucesión de pasos configura el aquí.

Detente un instante a observar cómo late tu corazón y cómo cada latido precede y germina el siguiente latido acompasándose al ritmo de tu respiración.

Es justamente ahí donde reside lo real, en cada instante y es precisamente ahí en donde puedes colocar cada meta, bien cerca, en la realidad de cada instante.

Ahora ya lo sabes, haz de cada paso una meta y siempre estarás a un paso de alcanzarla.