Ha sido esta mañana cuando he tomado conciencia de esta curiosa forma de escribir. Y es que no me la he inventado, simplemente la he recordado, ya que no es nueva ni ajena a mí.
Hace tiempo que ya casi no tomo apuntes, tan solo algunas notas como recordatorio de tareas, fechas o compromisos. Y eso me permite “estar presente”, como se nos pide ahora en tantas situaciones.
Y, estando presente, me he dado cuenta que, sin necesidad de tomar apuntes, las cosas se me quedan con facilidad y además no preciso después estudiar, sino tan solo practicar.
Como dije antes, se trata de un recuerdo, un recuerdo de la niñez. Y si lo piensas bien, ves que la forma de actuar es bien sencilla: como niño recién nacido fijas tu atención en tu madre y te agarras con fuerza a sus dedos; abres tus ojos, tus oídos, tu corazón y algo más… Cuando tu madre te abraza, te acaricia y te susurra: “Te Quiero”, no tomas apuntes. En realidad haces otra cosa: sentirlo y escribirlo en tu Alma. Sí, en tu Alma, ese otro espacio que también has abierto de par en par. Y ese “Te Quiero” escrito en tu Alma, germina como una semilla en el surco de un campo, y crece, y más tarde hasta compartes tu fruto con tu madre y con las otras Almas dispuestas a recibir ese “Te Quiero” multiplicado.
¿Recuerdas tú también esa curiosa forma de escribir en el Alma?
Querido amigo Angel :
Con tu entrada sobre -Escribir en el Alma- , abres una ventana, un portillo, como solo pocas personas saben hacerlo. Coincido con tu manera y forma de decirlo/transmitirlo. Es tan sencilla el alma humana y al mismo tiempo tan profunda y extraordinaria, que, como bien dices solo tenemos que practicar en ella, cual si de niños recién nacidos se tratase. Dice el zenistas.- «si quieres que algo entre en tu mente, vacíala de todo pensamiento, para poder dejar espacio a lo que deseas recibir», como tu dices.-«dejar de tomar apuntes» pues de lo que se trata es de profundizar en tu alma y dado que no se busca realizar un trabajo científico, no se necesita para nada el apuntar ideas ; solo se trata (creo haber entendido) de practicar en tu alma. Un saludo, compañero de camino o mejor debo decir; de ruta.
Gracias Antonio por tus palabras evocadas desde tu alma y tu experiencia zen y por considerarme compañero de ruta.