Resulta paradójico, pero este título es adecuado siempre, esté donde esté y haga lo que haga.
Encontrarme con un SÍ como respuesta, me confirma en lo que estoy pidiendo, haciendo o pensando. Me confirma el camino y el momento, me confirma el aquí y el ahora.
Encontrarme con un NO como respuesta, me lo tome como me lo tome, también me facilita las cosas. En este caso, el NO, me confirma que ese no es el camino, o no es el momento, o ninguna de las dos cosas a la vez. Ese NO, aparentemente tan brusco, me conecta entonces con mi PODER DE ELECCIÓN, de moverme hacia otra posibilidad, otro camino u otro momento en los que mi energía puede tener un resultado más adecuado para mí. Mirándolo con detenimiento, es como si el NO fuera más efectivo que el SÍ, porque no solo me reconduce el aquí-ahora sino que me conecta con mi PODER DE ELECCIÓN.
Esto me hace recordar que los niños cuando empiezan hablar una de las primeras palabras que aprenden y practican con más frecuencia es NO. ¿Me está facilitando las cosas mi hijo cuando me dice NO?