Siento una fuerza que lo mismo unas veces me empuja hacia la hiperactividad, como otras todo lo contrario y me ralentiza hasta casi pararme por completo. Resulta algo confuso según como la perciba.
Si la escucho fuera de mi esto es lo que me dice: «Háztelo tu mismo» y es entonces cuando empiezo con la autoexigencia, con el superrendimiento, digo SÍ a todo y no puedo parar. Termino agotado, cansado, estresado y comiendo sin parar.
En cambio, cuando la escucho dentro de mí, el mensaje es: «Sé tú mismo» y entonces mi actitud es radicalmente distinta: me paro a observar y contemplar, dejando que todo lo que me rodea se acerque a mis ojos. Todo se ralentiza e incluso hasta se para. No tengo ese cansancio agotador, es más bien un descanso, porque no hay esa hiperactividad y digo NO a algunas cosas y tampoco me da por comer.
Me pregunto: ¿se trata de la misma fuerza?; ¿se trata de la misma energía y soy yo el que, dependiendo desde qué perspectiva escuche, actúo de una u otra forma? He llegado a la conclusión de que es así. No me aceleran, ni me activan, ni me estresan los demás o aquello que me rodea. Tampoco me frenan, ni me ralentizan, ni me bloquean. Soy Yo mismo el que lo hago de una u otra forma cuando siento esa fuerza en mi. Evidentemente no hay dos mensajes diferentes, sino uno solo y bien concreto:
«Yo mismo»
Y dependiendo de dónde (aquí) y cuándo (ahora) yo decido la acción: SER/HACER YO MISMO.
Y cuando desde esa fuerza actúo equilibrando ambas acciones (ser/hacer), entonces soy y cuando soy, entonces hago. Al HACER desde el SER, no me acelero, ni me estreso, ni me agoto y tampoco me quedo parado y es entonces cuando puedo fluir con la vida.
Ángel