“Si quieres cambiar el resultado, no hagas siempre lo mismo”. Cuántas veces gente con mucha sabiduría nos han recordado este mensaje. Como siempre, nos damos cuenta después de tropezar en la misma piedra una y otra vez. Lo que sucede es que “la piedra” con la que tropezamos en repetidas ocasiones, no es desconocida para nosotros y, aunque fastidia el tropiezo, lo asumimos y aceptamos porque pertenece a nuestra zona cómoda y fácil en la que tenemos automatizada una respuesta y sabemos cómo mitigar el dolor que nos produce.
Pero, ¿y si evitamos el tropiezo? ¿Y si en lugar de esperar el conocido dolor y aplicar el calmante, nos aventuramos en el apasionante reto de lo desconocido? Esa forma de actuar no es nueva para nosotros, ya la practicábamos con total naturalidad en nuestra niñez. Pues resulta que ahora que está tan de moda vivir el presente, es más que recomendable darse una vuelta por ese pasado de nuestra niñez para rescatar esa sensación de la aventura, independientemente de la complejidad de las circunstancias que nos rodean. Es más, cuanto más dificultades veamos en el entorno, es posible que nuestra respuesta creativa a lo desconocido sea más adecuada que el repetido tropiezo en la misma piedra y el calmante posterior para el dolor.
Esta reflexión me ha servido de presentación de este blog y del proyecto Cooking And Coaching en el que se encuadra. Y claro, he regresado temporalmente a esa niñez que antes citaba, a través de mis hijos que, con su naturalidad y disposición, me han ayudado a cambiar “Facilidad por Felicidad”. Lo podéis ver en este enlace: https://www.youtube.com/watch?v=eji3PwnCVY0 y así recordaremos que: “El secreto está en cambiar algunas cosas”.